Destrozando el hígado para curar el corazón.

Ayer bebí demasiado, más que demasiado y lo peor que también lo hice el día anterior, y el anterior, y llevo así toda la semana. Lo hice para olvidarte, no te voy a mentir… pero no sirvió de nada. Cada trago era una punzada pensando en ti. Empecé a reírme sin sentido, pensando lo mucho que te odiaba… No tardé en ponerme a llorar, decía cosas sin ningún sentido y te buscaba sin éxito entre la gente. Cuando iba borracha me acordaba más de ti, sentía con fuerza la necesidad de tenerte a mi lado y también el dolor de que no estuvieses aquí. Me daba cuenta de que por muchas copas que bebiese mis problemas no iban a desaparecer, y tus recuerdos menos aún; que por horas que pase junto a mi botella de ron no vas a aparecer para decirme de nuevo que no beba más… pero me cuesta, en estos momentos no quiero estar bien, quiero pasarlo mal asique sigo aquí, horas después, sentada en un banco porque ya no me tengo en pie; intentando olvidar lo que un día fuimos y bebiendo... y bebiendo...